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Thomas L. Friedman
Trump puede ganarse un lugar en la historia que no esperaba

Columnista en Opinión, reportando desde Abu Dabi
El regreso de Donald Trump a la presidencia, ¿anuncia el fin de la presión estadounidense sobre israelíes y palestinos por una solución de dos Estados? No necesariamente: depende de qué Donald Trump ocupe la Casa Blanca.
¿Será el Trump que acaba de elegir a Mike Huckabee, partidario de la anexión israelí de Cisjordania, como su nuevo embajador en Jerusalén? ¿O será el Trump que, con su yerno Jared Kushner, elaboró y publicó el plan más detallado para una solución de dos Estados desde el gobierno de Bill Clinton?
Has leído bien: Trump fue el raro presidente estadounidense que realmente sacó un plan detallado para la coexistencia entre israelíes y palestinos. Si ese Trump resucita esa iniciativa en 2025, podría ser recordado como el presidente que preservó Israel como democracia judía y ayudó a que naciera con seguridad un Estado palestino junto a ella. Pero si sigue por el camino señalado por la selección de Huckabee, lo más probable es que se le recuerde como el presidente que supervisó el fin de Israel como democracia judía y enterró cualquier esperanza de un Estado palestino. En cualquier caso, puede que a Trump no le interese la historia judía o palestina, pero a la historia judía y palestina sí le interesará a él.
La última vez que hablé con Trump, hace cuatro años, me llamó para darme las gracias por respaldar los Acuerdos de Abraham, que allanaron el camino para una paz histórica entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos. Se diga lo que se diga de Trump (y hay mucho que decir), le atraen los grandes acuerdos que pueden tener consecuencias profundas e incluso determinantes para la historia. Acabo de pasar una semana en Israel y los Emiratos Árabes Unidos hablando con líderes políticos, militares y empresariales, judíos y palestinos y árabes, sobre lo que Trump podría hacer en su región esta vez. Hay enormes oportunidades y apetito para un acuerdo que cambie las reglas del juego, si Trump quiere alcanzarlo y solo si lo hace bien.
Trump tiene un punto de partida: el plan para una solución de dos Estados que presentó en enero de 2020, titulado “Paz para la prosperidad: una visión para mejorar las vidas de los pueblos palestino e israelí”. Ninguna de las partes lo aceptará tal y como está redactado, y el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la consiguiente guerra en Gaza complicarán enormemente cualquier acuerdo. Pero la “visión” del título del plan de Trump es un puntapié inicial para las negociaciones palestino-israelíes posteriores a Gaza. Sigue siendo el único mapa de paz detallado que un presidente ha presentado públicamente para crear dos Estados desde los Parámetros de Clinton, establecidos por Clinton hace 24 años.
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